En Albet i Noya iniciamos nuestra aventura en vinos ecológicos en 1978, siendo la primera bodega del Estado en hacer una apuesta por la agricultura sostenible. Un compromiso que hemos mantenido firme a lo largo de los más de 40 años de historia y que siempre ha ido mucho más allá de la viticultura.
Las cerca de 80 hectáreas de viñedo ecológico de Albet i Noya están ubicadas en la sub zona del Penedès de las Montañas de Ordal. Son pequeñas parcelas con suelos calcáreos y arcillo calcáreos rodeadas de bosques en un paisaje típicamente mediterráneo que velamos para proteger y preservar.
Para Albet i Noya ha sido prioritario la conservación, restauración y divulgación de las terrazas y construcciones de piedra seca* que rodean nuestros viñedos ecológicos y que son refugio de pequeños animales, además de convertirse en un patrimonio histórico y cultural incalculable.
*El arte de piedra seca, de gran presencia en nuestros viñedos, fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2018
A lo largo de cuatro décadas, Albet i Noya se ha convertido en un referente de la agricultura ecológica y son muchas las bodegas que han ido cogiendo también el camino de la sostenibilidad. De este modo, el Penedès se ha convertido en la zona del mundo con más porcentaje de viñedo ecológico. Desde Albet i Noya nos sentimos orgullosos de haber plantado esa semilla que ahora crece imparable..
Toda nuestra producción (tanto de los viñedos propios como de nuestros proveedores) está certificada por el CCPAE (Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica) y tiene un estricto control por parte de nuestro equipo de viñedo.
De esta forma, trabajamos con cubiertas vegetales para nitrogenar la tierra de la forma más natural posible. Hacemos uso de abonos verdes y orgánicos, utilizando los restos de la poda y estiércoles de origen animal aptos para agricultura ecológica. Evitamos totalmente el uso de insecticidas con técnicas de confusión sexual o con el equilibrio de la biodiversidad en nuestras fincas reintroduciendo, por ejemplo, colonias de murciélagos. También trabajamos márgenes y bosques con el objetivo de potenciar al máximo la flora y fauna de nuestros viñedos y conseguir así un buen equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
En la bodega disponemos de 136 placas solares de autoconsumo que suministran más del 40% de la energía empleada por la empresa. La nave agrícola de Can Milà de la Roca es autosuficiente empleando el 100% de la energía solar.
Desde 2018, somos socios cooperativos del proyecto de energía eólica Vivir del aire , un aerogenerador de grandes dimensiones, pionero en el sur de Europa por ser el primer molino de viento financiado al 100% de forma colectiva y de propiedad compartida.
Contamos con una flota de vehículos híbridos y eléctricos y disponemos también de un cargador para coches eléctricos a disposición de todos nuestros visitantes. Esta instalación funciona directamente con energía solar.
La reducción del consumo de agua corriente ha sido también uno de nuestros objetivos a lo largo de la historia de la empresa. En 1995 se instaló la la primera depuradora biológica del Estado y se instalaron colectores de aguas pluviales en todas las edificaciones de la bodega.
En nuestras fincas se han construido varias balsas para recoger el agua que utilizamos para el riego puntual del viñedo, el uso de tratamientos y, a la vez, sirven como punto de encuentro y bebedero para las aves y otros animales, fomentando así una mayor biodiversidad.
Puede comprobar la generación de energía en tiempo real en este enlace.
Yendo un paso más allá de la agricultura ecológica, en Albet i Noya lideramos el proyecto de variedades resistentes a los hongos VRIAACC (Variedades Resistentes y Autóctonas Adaptadas al Cambio Climático). Una iniciativa que tiene como objetivo la reducción al máximo de tratamientos de azufre y cobre en el viñedo, minimizar el uso del tractor y ofrecer al mercado unos vinos más limpios y más sanos para el consumidor. El objetivo prioritario de Albet i Noya es conseguir, en un futuro, la resistencia natural de nuestras variedades de uva autóctonas como son el xarel·lo, el macabeo y la parellada, entre otros.
Nuestro compromiso con la sostenibilidad no se acaba en el viñedo y, una vez la uva entra en bodega seguimos trabajando por la reducción de residuos y la minimización del impacto ambiental. Es un compromiso que cogen todos los departamentos de la empresa, desde producción, compras, enoturismo o marketing.
En Albet i Noya queremos hacer de la sostenibilidad nuestra columna vertebral. No sólo como una herramienta de lucha contra el cambio climático sino también apostando por el progreso de la sociedad y el bienestar de quienes la forman. Por eso, a través de pequeñas y grandes acciones, ponemos en valor nuestro entorno y todas las personas que forman parte del mismo.